De acuerdo con la Cancillería, Liu Jinsong, director general del Departamento de Asuntos Asiáticos, hizo representaciones solemnes a la otra parte sobre las recientes declaraciones negativas de Manila, así como sobre los asuntos vinculados con Taiwán y el mar Meridional de China.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, el embajador filipino expresó su voluntad de manejar las diferencias y promover la estabilización y recuperación de los nexos bilaterales.
Con anterioridad, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reafirmó el compromiso de su país con Manila ante lo que denominó «acciones provocadoras» del gigante asiático en el mar Meridional.
«El artículo IV del Tratado de Defensa Mutua entre Estados Unidos y Filipinas se aplica a los ataques armados contra buques y aeronaves de la guardia costera, militares y públicas filipinas en el Mar de China Meridional», dijo durante una visita a aquel país asiático.
Un portavoz de la embajada china en Manila rechazó estas declaraciones, agregó que Beijing no provocó las tensiones y aseguró que «frente a la infracción y la provocación, China no tiene más remedio que tomar las medidas necesarias para salvaguardar su soberanía territorial y sus derechos e intereses marítimos».
La parte estadounidense en realidad quiere garantizar la libertad de navegación de los buques de guerra estadounidenses, continuó el comunicado.
Beijing acusó a Washington de amenazar la paz y la estabilidad en esa zona marítima, recordó que el país norteamericano no es parte en esta región y no tiene derecho a intervenir.
Recientemente China culpó a Filipinas de violar su soberanía territorial y calificó de provocativas las acciones de Manila en el mar Meridional, que ocasionaron una colisión entre barcos de ambos países.
La Cancillería subrayó la «soberanía indiscutible» de Beijing sobre Nansha Qundao y sus aguas adyacentes, incluido Ren’ai Jiao, que el vecino asiático reclama como suyo.
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