El periódico estadounidense The New York Times reveló el lunes que Bolsonaro se hospedó dos días en esa misión diplomática pocos días después de tener el pasaporte confiscado por la Policía Federal por investigación sobre la tentativa golpista del 8 de enero de 2023.
De Moraes, ponente de la indagación, le dio 48 horas al exmandatario para explicar esa permanencia.
En el oficio, los abogados dicen que el político ultraderechista tiene amistad con las autoridades húngaras y fue a la embajada para tratar temas políticos.
«(Bolsonaro) siempre ha mantenido una estrecha interacción con las autoridades de ese país, tratando asuntos estratégicos de política internacional de interés del sector conservador», alegan los juristas.
De acuerdo con el derecho internacional, el terreno de una embajada es de soberanía del país representado.
Por eso, eventuales agentes brasileños solo podrían llegar a Bolsonaro con autorización del Gobierno húngaro.
La defensa alegó que suponer que el exmilitar podría solicitar asilo es altamente infundado.
Según el diario norteamericano, la estancia en la embajada sugiere que el exmilitar, blanco de investigaciones criminales, intentó huir de la justicia, pues no podría ser detenido en una embajada extranjera que lo acogió, porque está legalmente fuera del alcance de las autoridades locales.
De Moraes quería saber lo que Bolsonaro realmente estaba haciendo en la representación diplomática y por qué permaneció dos días y dos noches sin ausentarse del edificio que está a unos 15 minutos de donde vive en la capital federal.
Bajo este escenario, el Ministerio de Relaciones Exteriores llamó al embajador Miklós Halmai para aclarar la estancia de exjefe de Estado.
El diplomático se reunió con la titular de la Secretaría de Europa y América del Norte, Maria Luisa Escorel.
Brasil quería información clara y detallada sobre la visita de Bolsonaro. Por segunda vez en menos de dos meses, el embajador húngaro es llamado a la Cancillería para conversaciones.
Ante estos hechos, el diputado federal Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores, solicitó a la Fiscalía prisión preventiva para el exparacaidista, que por lo visto intenta escapar de la justicia.
«La estancia en la embajada sugiere que el expresidente estaba tratando de aprovechar su amistad con un colega líder de extrema derecha, el primer ministro Viktor Orbán, en un intento de escapar del sistema de justicia, mientras se enfrenta a investigaciones criminales en Brasil», indica el parlamentario en su representación criminal.
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