A medida que aumentan las tensiones, el organismo estima que otras 100 mil personas quedarían sin asistencia para alojamiento, advirtió este jueves el portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric.
La ofensiva en esa urbe, donde permanecen cientos de miles de desplazados internos, incluidos supervivientes de ataques anteriores, podría tener además un impacto negativo en el acceso humanitario a otros estados de Darfur, dijo el vocero en una sesión informativa.
En esta jornada, 10 directores de agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales concluyeron una misión conjunta a Sudán para hacer sonar la alarma sobre la situación devastadora en todo el país.
Tras visitar Port Sudán, los enviados advirtieron por los niveles catastróficos de inseguridad alimentaria y un riesgo creciente de hambruna tras más de un año de la guerra desatada entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y el ejército sudanés.
El Fasher, asediada desde la semana anterior por las RSF, es la única zona de Darfur no controlada en su totalidad por sus efectivos.
Mientras los combates se intensifican, el personal humanitario insiste en la necesidad de ampliar el acceso a través de líneas de conflicto y fronteras para llegar a las personas necesitadas dondequiera que estén.
El portavoz de la ONU remarcó además la necesidad de reunir más recursos para atender la crisis en Sudán, cuya financiación apenas acumula el 10 por ciento de las necesidades estimadas.
“Estamos particularmente alarmados por las restricciones a los movimientos de civiles y los informes de que estos están siendo atacados y robados mientras intentan huir hacia el sur desde la capital del estado de Darfur del Norte”, insistió al respecto el vocero.
Los combates dentro y alrededor de la ciudad ya han cortado el acceso humanitario a los civiles que necesitan asistencia desesperadamente, añadió.
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