Considerado uno de los mejores cerradores del mundo, el natural de la provincia de Pinar del Río, al oeste de la capital, preservó la ventaja en el noveno episodio en el estadio Meiji Jingo, cuando retiró en fila a tres bateadores locales, uno de ellos por ponche, ante la mirada de casi 30 mil espectadores.
Con esta actuación el serpentinero de 27 años mantuvo inmaculado su promedio de carreras limpias en 14 entradas lanzadas, acumuló 11 abanicados y se reafirmó como líder en salvados de la Liga Central y de todo el circuito.
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