De acuerdo con esa entidad, se espera que el sistema de extracción de aguas con las bombas continúe apagado por varios días para evitar gastos innecesarios, pues el líquido llega de manera natural a los productores locales.
El sistema de bombeo fue puesto en funcionamiento por disposición del presidente Luis Abinader para llevar agua a productores agrícolas de Dajabón situados más abajo del canal de riego construido por ciudadanos de Haití y que motivó la tensión entre los dos países.
Juan Carlos Nova, director de operaciones del INDRHI, explicó que en estas condiciones no es conveniente mantener los equipos en operación porque con la crecida aumenta no solamente el caudal, sino la velocidad de las aguas que cruzan, generando un aumento de vibraciones de las tuberías de succión que pueden producir averías en el equipo.
Sin embargo, la situación en Haití es totalmente diferente y el canal que construyeron los haitianos se desbordó por la crecida del afluente tras las fuertes lluvias en la provincia Dajabón.
Al Momento señaló que haitianos residentes en la parte baja del canal tuvieron que ser desalojados por la Defensa Civil de su país ante la gran cantidad de agua, que sobrepasó la estructura del rústico canal.
Según Nova, los haitianos construyeron el canal en un sitio incorrecto, «sin tener en cuenta las normas de edificación de obras hidráulicas, porque es una zona donde un cauce tiene una curvatura».
Manifestó que en su momento las autoridades dominicanas alertaron a las haitianas sobre el peligro que representa esa obra y las posibles inundaciones que podrían ocurrir, a ambos lados de la frontera.
El Gobierno nacional cerró la frontera con Haití a inicios de septiembre pasado, a raíz del conflicto creado por la construcción del canal de riego por los haitianos en el río Dajabón, que comparten las dos naciones de manera natural.
Casi un mes más tarde abrió la frontera, exclusivamente para el comercio binacional, mientras se mantiene la prohibición de visado a ciudadanos haitianos.
La respuesta de esta parte fue inmediata y el Gobierno puso a funcionar las bombas succionadoras de agua en el canal de La Vigía, que sale de dicho río y queda más arriba de donde los haitianos hicieron el suyo, con el propósito de que el desvío del cauce no tenga ningún efecto.
Las tres bombas sobre La Vigía tienen capacidad para extraer seis mil, tres mil y seis mil galones de agua, respectivamente, lo que equivale a un metro cúbico de agua por segundo.
Según argumentó el Ejecutivo dominicano en su momento, la reactivación de La Vigía busca salvar el caudal del río Dajabón y garantizar el agua a los productores agropecuarios nacionales, así como preservar los humedales de la Laguna Saladillo.
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