lunes 20 de mayo de 2024
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Percances con Boeing, ¿de la excepción a la regla?

Washington, 9 may (Prensa Latina) Al parecer los incidentes con los aviones comerciales del fabricante estadounidense Boeing pasan hoy de la excepción a casi la regla tras sumar otros tres casos que añaden más dudas a la seguridad de sus aeronaves.

Informes de prensa dan cuenta de lo ocurrido solo en las últimas 72 horas en casos reportados en Estados Unidos, Canadá y Türkiye.

El martes un Boeing 787-900 de Air France que cubría el trayecto París (Francia) a Seattle (Estados Unidos) con 272 personas a bordo tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Iqaluit, región ártica canadiense, al detectarse olor a quemado en la cabina y hubo que enviar un avión de reemplazo desde Montreal para trasladar ayer a los pasajeros a Nueva York y que desde ahí que pudiesen continuar viaje hasta su destino.

También la víspera, un Boeing 737-900 de Alaska Airlines que volaba a Seattle (estado de Washington) procedente de Cincinnati (Ohio) se vio obligado a aterrizar de emergencia poco después de alzar vuelo y la razón registrada: una eventual falla de uno de sus dos motores. El hecho no provocó daños humanos.

Un tercer suceso se produjo el propio miércoles cuando un avión de carga Boeing 763 de la compañía estadounidense FedEx, procedente de París, aterrizó en Estambul, Türkiye, sin desplegar su tren de aterrizaje delantero por un presunto problema hidráulico. Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas.

A mediados de abril en una audiencia sobre el segundo fabricante del mundo de aviones comerciales en un comité del Senado, Sam Salehpour, ingeniero de control de calidad en Boeing, declaró: «No estoy aquí porque quiera estar aquí. Estoy aquí porque (…) no quiero ver el accidente de un 787 o de un 777».

«Tengo serias preocupaciones sobre la seguridad del 787 y estoy dispuesto a asumir un riesgo profesional al hablar», advirtió entonces.

Un correo enviado por los abogados de Salehpour a varios destinatarios, entre ellos la Administración Federal de Aviación (FAA) fue el detonante para la investigación en el Congreso.

Pero la FAA investiga a los 737 de Boeing luego de un aparatoso suceso en el que un avión de Alaska Airlines perdiera en pleno vuelo una puerta el pasado 5 de enero.

A 16 mil pies de altura ese panel del vuelo 1282 se desprendió y saltó por los aires de una manera solo reservada a guion cinematográfico.

Milagrosamente ni los 174 pasajeros ni sus seis tripulantes sufrieron daños. El avión despresurizado logró aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Portland, Oregon, unos 20 minutos después del despegue.

A ese percance le sucedieron otros este año, pero en 2018 y 2019 dos aviones 737 MAX de Boeing se estrellaron con saldo total de 346 muertos y en medio de la investigación hubo que dejar toda la flota mundial de esa familia de aeronaves en tierra.

Nada, que estas cosas podrían llevar la reputación de Boeing de los cielos al suelo.

ro/dfm

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