El 22 de agosto, un problema técnico impidió dar luz verde a esta misma prueba, valorada como esencial para poder diseñar el plan de desmantelamiento de la planta, que durará décadas.
La operación iniciada contempla extraer pequeñas muestras de los tres reactores que sufrieron fusión de núcleo en 2011, luego de un gran terremoto y tsunami, con vistas a ser analizadas.
El tiempo previsto para realizar las extracciones puede extenderse hasta dos semanas, según informó Tepco, compañía encargada de operar la central nuclear.
Varios expertos creen que los reactores 1, 2 y 3 albergan unas 880 toneladas de escombros, como se define en este caso a la mezcla de combustible nuclear fundido con material perteneciente a la estructura del reactor.
Lo ocurrido en Fukushima se considera uno de los peores accidentes nucleares de la historia, extraer los residuos altamente radioactivos constituye un reto.
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