La propuesta plantea en su contenido una perspectiva de equidad y acceso universal a servicios de calidad para todos los ciudadanos, según declaró el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, al introducirla en el legislativo.
El proyecto lleva por nombre “Hacia un sistema de salud garantista, universal, eficiente y solidario que privilegie la vida” pues persigue eliminar las barreras económicas, geográficas y administrativas que limitan la obtención de atención médica y sanitaria.
“Queremos construir una salud sin barreras, donde cada ciudadano, sin importar su ubicación o condición socioeconómica, pueda acceder a servicios de calidad”, declaró Jaramillo.
El texto prioriza tres pilares fundamentales basados en la facilidad al acceso a los servicios de salud; la optimización y transparencia en el uso de los recursos y la mejora en la calidad de la atención.
Propone la creación de redes de hospitales y clínicas que trabajarán de manera articulada para ofrecer atención sin discriminación por capacidad de pago, acercando los servicios a los lugares de residencia de los usuarios.
La iniciativa refiere que se destinarán recursos para garantizar mayor cobertura en zonas rurales y que construirán y dotarán hospitales públicos en estas áreas, proporcionando atención adecuada a poblaciones dispersas.
Otra de las estrategias clave es la asignación de Equipos de Salud Territorial, gracias al cual los ciudadanos contarán con profesionales que los acompañará a lo largo de su vida, facilitando el acceso continuo a este servicio.
Esta es la tercera vez que el gobierno radica una reforma a la salud en el Congreso.
La última de ellas se hundió el pasado mes de abril, después de que los senadores de la oposición frenaran su avance, con el apoyo de sus pares independientes.
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