A tono con el espíritu del evento de exhibir disímiles estilos de la danza y culturas del mundo, el espectáculo incluyó diversidad de matices, atractivas fusiones y un gran realce de lo indio norteamericano, lo africano, europeo y lo cubano.
Artistas del Rocky Mountain Ballet Theater, de Estados Unidos, y de Lizt Alfonso Dance Cuba fueron los protagonistas de la mayoría de las piezas junto a invitados de la cita como los rumanos Alina Ciceo y Domsa Radu, la italiana Corinne De Bock y los norteamericanos Chrome Glacier y Kasper the Saint.
Con la intención de estrechar aun más los vínculos con Cienfuegos, ubicada en la provincia homónima en la región central del país, a unos 237 kilómetros al sureste de la capital de Cuba, los organizadores de la cita invitaron a bailarines folclóricos locales a compartir la gala con espontaneidad, respeto y mucha alegría.
De manera general, los jóvenes bailarines derrocharon carisma y pasión por un arte que traspasa fronteras y que, al decir de la directora estadounidense y fundadora de BBB, Charlene Carey, sirve de escape y refugio a cada artista, marcado por una historia propia.
Pero la danza puede cambiar el mundo y hoy lo hemos demostrado, enfatizó la directora Lizt Alfonso, orgullosa de haber podido trasladar el evento fuera de La Habana, por primera vez.
En la jornada de la mañana Corinne De Bock impartió una clase magistral de ballet, Alina Ciceo y Domsa Radu de danza contemporánea y Kasper the Saint de bailes urbanos a estudiantes locales de las escuelas de arte.
La segunda edición de BBB HAVBANA aconteció en la capital de Cuba, del 7 al 11 de enero, con clases magistrales, conferencias, funciones y un concurso para bailarines, profesionales y aficionados de distintas naciones.
Este lunes, una amplia delegación de artistas participantes bailaron para el pueblo de Cienfuegos, hasta en la calle, frente al Teatro Tomás Terry, para luego pasar al interior y ocupar el escenario durante casi dos horas de gran intensidad y, también, aplausos y agradecimientos.
jha/msm