En la sesión plenaria de este martes el órgano legislativo adoptó el acuerdo que estableció, además, la remisión del documento al presidente Nicolás Maduro y al vicepresidente sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz, y ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello.
A este acto de reivindicación histórica, al decir de algunos de los oradores, asistieron como invitados especiales familiares a quienes se les entregó el documento con el acuerdo, que distingue a Prieto como educador, abogado, dirigente político, poeta, crítico y revolucionario.
El diputado y nieto del distinguido margariteño, nacido en Nueva Esparta en 1902, Gilberto Giménez, al intervenir destacó la visión “nacionalista, humanista y profundamente comprometido con las luchas del pueblo pobre y excluido”, cuyas ideas de justicia, igualdad y equidad incomodaban a la oligarquía.
Indicó que con la irrupción del comandante Hugo Chávez en el escenario político nacional en 1998 comenzó una etapa de refundación de la patria, comenzó la V República e inició el derrumbe de la mentira y la reivindicación de los protagonistas de esta historia.
Giménez significó que el inmenso legado del Maestro de América va más allá del área educativa, de su lucha incansable por la educación, de su tesis del Estado ausente para enfrentar las pretensiones de la Iglesia y sectores privados de utilizar la educación con fines mercantilistas.
También elogió sus aportes para una reforma agraria y resolver los problemas del campo durante el Gobierno de Rómulo Betáncourt, que fracasó por los compromisos con los terratenientes del país, así como escribió sobre psicología acerca de la disfuncionalidad de la familia.
Significó su contribución desde el Parlamento en impulsar una verdadera nacionalización del petróleo venezolano y un proyecto de ley que es reconocido por el pueblo como la Ley de la Reversión, considerada un importante paso hacia la liberación económica.
El legislador señaló que en el ocaso de su vida Prieto dejó como legado una importante obra poética y reconoció que pese a no haber subido a la montaña “jamás dejó de disparar ideas y argumentos con su pluma y verbo encendido”.
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