«No hay pensamiento único en el país porque eso es cosa de dictadura», afirmó Barroso, acompañado en la mesa directiva de la corte superior por el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
También estaban presentes los timoneles del Senado, Davi Alcolumbr, de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, de la Orden de los Abogados de Brasil, Beto Simonetti, y el fiscal general de la República, Paulo Gonet.
En su discurso, Barroso insistió en que «la democracia tiene lugar para todos, liberales, conservadores. Menos para los que no aceptan jugar el juego por las reglas de la democracia», advirtió.
Manifestó que en las instituciones de conocimiento a nivel mundial, el STF es celebrado como la corte que «ayudó a preservar la institucionalidad en un momento de la historia en el que se verifica la erosión democrática en muchos países, impulsada por el autoritarismo, la arrogancia y la supresión de derechos».
De manera oportuna, el magistrado rebatió una crítica constante y repetida por fustigadores contra el tribunal, en especial por bolsonaristas (adeptos del exgobernante Jair Bolsonaro): que los ministros del Supremo no fueron elegidos por el pueblo y, por lo tanto, no tendrían voz ni poder para tomar decisiones delicadas.
«Recuerdo que todas las democracias reservan una parte del poder para ser ejercido por agentes públicos que no son elegidos por el voto popular, para que permanezcan inmunes a las pasiones políticas de cada momento», alegó.
Indicó que el título de legitimidad de estos agentes es la formación técnica y la imparcialidad en la interpretación de la Constitución y las leyes.
«Decidimos los temas más complejos y divisivos de la sociedad brasileña. Y, naturalmente, convivimos con la insatisfacción de quien tiene intereses contrarios», prosiguió.
Barroso también defendió que las mujeres tengan oportunidad de ser promovidas en los tribunales y el uso de cuotas raciales. «Necesitamos incorporar la realidad brasileña en el Poder Judicial», remarcó.
Solo uno de los 11 puestos de la corte está ocupado por una mujer, el de la ministra Carmen Lúcia Antunes, y actualmente no hay un miembro de la raza negra.
Entre otros juicios, el STF volvió este lunes del receso de Año Nuevo en medio de la expectativa de que la Procuraduría General de la República presentará en febrero una denuncia contra Bolsonaro y otros 39 acusados por su participación en una conspiración golpista en 2022 para apartar del poder a Lula.
oda/ocs