Reportes oficiales en esta capital anunciaron el despliegue de tropas ugandesas en Juba, la capital sursudanesa “para proteger al gobierno de Sudán del Sur” contra un posible avance rebelde: “no estamos allí como fuerza pacificadora”, aclaró el portavoz del Ejército ugandés, general Felix Kulayigye.
Destacamentos de fuerzas especiales fueron despachados bajo la sombrilla de garante del proceso de paz en Sudán del Sur del presidente ugandés, Yower Museveni, según el cual Kiir Mayardit y Mashar copresiden un frágil gobierno de unidad nacional.
El embrión del conflicto es consecuencia de las tensiones entre ambos hombres, patentes desde la llegada a la independencia de Sudán del Sur, de mayoría africana, y de confesión animista y cristiana, y del norte, de etnia árabe y creencia musulmana.
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