Los damnificados, representados por Jaruwat Jinmankha, de la Fundación Immanuel, fueron forzados a trabajar para la red de estafas en Poipet, Camboya, tras responder a anuncios de empleo falsos.
Al llegar al país asiático, sus pasaportes fueron confiscados y sufrieron abusos físicos, sexuales y suministro de drogas.
Los involucrados instaron al Parlamento a tomar medidas urgentes para prevenir que otras personas caigan en manos de estas redes criminales.
Según la Fundación Immanuel, miles de tailandeses, incluyendo menores de edad, son forzados a trabajar para redes de estafas que operan desde Cambodia.
El diputado Kannavee Suebsang señaló que Tailandia debe pensar en sus próximos pasos y abordar las debilidades del proceso de selección de las víctimas rescatadas.
También destacó la necesidad de una mayor cooperación entre Tailandia y Cambodia para garantizar el éxito de la lucha contra las estafas laborales.
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