El reporte clínico apunta trastorno bipolar en Collor, condenado a ocho años y 10 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, y detenido en la madrugada del viernes, cuando se desplazaba a Brasilia desde el estado de Alagoas (nordeste) para acatar la decisión de arresto del ministro Alexandre de Moraes, ponente del caso en el Supremo.
Según el informe médico, «aunque la enfermedad de Parkinson del paciente está actualmente bien controlada, es progresiva y puede empeorar sin el uso adecuado de la medicación prescrita y CPAP (un dispositivo que mantiene abiertas las vías respiratorias durante el sueño), y también requiere seguimiento clínico periódico».
Respecto al trastorno bipolar, refiere el texto, «los episodios de estrés, la interrupción de la medicación, la privación o inadecuación del ciclo sueño-vigilia, así como los entornos hostiles atentan contra la integridad psicológica del paciente».
La defensa de Collor alega que ese informe fue elaborado por un perito que sigue al exmandatario durante años y, de hecho, «tiene la capacidad técnica para acreditar dicha situación fáctica, que padece y está en tratamiento por graves comorbilidades de Parkinson, apnea del sueño severa y trastorno afectivo bipolar».
Este hecho, sumado a su avanzada edad de 75 años, requiere la concesión de arresto domiciliario, insiste el staff jurídico.
Además de corrupción pasiva, Collor también fue penado por lavado de dinero en una red relacionada con la empresa BR Distribuidora, investigada en la operación judicial Lava Jato.
Desde entonces, sus abogados y la de otros implicados presentaron un escrito aclaratorio para aclarar puntos del fallo y revisar algunos aspectos de la condena.
En su momento, De Moraes alegó que los acusados «tratan de rediscutir» cuestiones ya definidas, caracterizando un «mero inconformismo» y rechazó los recursos.
Según la Fiscalía General, el expresidente recibió 26 millones de reales (un poco más de cuatro millones 500 mil dólares) entre 2010 y 2014 como soborno por haber intermediado en contratos firmados por BR Distribuidora, vinculada a la empresa mixta petrolera Petrobras.
Collor gobernó Brasil entre 1990 y 1992, cuando renunció al mandato en momentos en que el Parlamento se aprestaba a concluir un juicio de destitución en su contra, por acusaciones de presunta corrupción de las que luego sería absuelto en el juzgado superior.
Ocupó un escaño en el Senado entre 2007 y 2023, y en el año anterior fue candidato sin éxito al cargo de gobernador de Alagoas, el cual había ejercido antes de llegar al poder.
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