En declaraciones recogidas por la prensa siria, Al-Salehani aclaró que la reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de suspender las sanciones representa un punto de inflexión estratégico con un impacto significativo en el sector turístico.
Esta medida elimina muchas de las restricciones que obstaculizaban el flujo de inversiones extranjeras y árabes al mercado sirio, así como abre la puerta para que los inversores lancen nuevos proyectos en los campos hotelero, de instalaciones turísticas e infraestructura.
Ello, según el funcionario, mejoraría la capacidad de Siria para atraer turistas y contribuye a mejorar el clima económico general, estabilizar el tipo de cambio de la libra siria y reducir las tasas de inflación y los costos de producción en el sector turístico, consideró el Ministro.
Agregó que esta decisión abre perspectivas más amplios para la cooperación regional e internacional, ya que Siria puede desempeñar un papel fundamental en el desarrollo del turismo conjunto con otros países, beneficiándose de su ubicación geográfica y su antiguo patrimonio cultural que la convierte en un destino turístico único.
El Ministro de Turismo destacó que estos pasos representan un verdadero comienzo hacia la construcción de un futuro próspero para Siria, a través del cual se logrará la estabilidad económica y social, y el turismo sirio recuperará su posición natural.
Expresó el compromiso del Ministerio de trabajar para aprovechar esta oportunidad histórica para mejorar el sector turístico, apoyar a los inversores y desarrollar la infraestructura turística, de manera que satisfaga las aspiraciones del pueblo sirio y mejore la posición de Siria en el mundo.
En 2010, el año anterior al comienzo de la guerra, la nación recibió ocho millones 500 mil visitantes, y este sector aportaba unos ingresos que constituyeron el 9,0 por ciento del Producto Interno Bruto, pero después la afluencia de turistas cayó un 98 por ciento.
Según cifras difundidas por varios medios de prensa, las pérdidas del sector ascendieron a miles de millones de dólares, mientras mil 500 instalaciones salieron de servicio, 403 sitios de interés turístico fueron destruidos y más de 260 mil trabajadores quedaron sin empleo.
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