El cierre de la mencionada instalación es obra de varias asociaciones de la sociedad civil en Mirebalais y Saut d’Eau, dos localidades controladas por grupos criminales desde marzo. A través de esta acción, estas organizaciones dicen que pretenden obligar a las autoridades a restablecer la paz en estas zonas.
Las autoridades del más alto nivel del Estado –según el diario Le Nouvelliste -no dijeron una palabra, mientras tanto, la capital está sumida en un apagón total.
La Empresa Electricidad de Haití lamentó el suceso al cual calificó de atroz, y puntualizó que lejos de satisfacer las necesidades de la población, los manifestantes solo complican las dificultades de la planta.
Los equipos operativos de las centrales eléctricas -precisaron sus directivos- son costosos y difíciles de reparar, mantener o incluso reemplazar.
Esta empresa llamó a actuar con inmediatez, y al mismo tiempo adoptar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la central hidroeléctrica de Péligre, una estructura estratégica para el Estado haitiano.
En su comunicado -divulgado por el diario Haití Libre- la compañía explicó que la unidad de producción de electricidad E-Power, con sus veinte megavatios, no puede abastecer a la red por sí sola. También es imposible contar con las otras centrales térmicas que están averiadas o carecen de combustible.
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