Con un equipo de investigación que yo lideraba hace cuatro años, hicimos un estudio en colegios privados de la ciudad capital, a aproximadamente tres mil adolescentes, describió el titular.
Encontramos que el 25 por ciento usaba los vaper y el ocho por ciento, convencionales, es decir, que casi tenemos las dos epidemias juntas, en alza, particularmente entre adolescentes y adultos jóvenes, detalló el funcionario.
Aclaró que el electrónico no es que sea menos perjudicial, ya que no es un producto inocuo; incluso, puede llegar a ser hasta más adictivo que el otro cigarro.
Con el vapeo, lo más inmediato es el daño pulmonar y las arterias, señaló Barnoya, mientras comentó que a largo plazo, “todavía se está investigando, pero ya sabemos que tiene compuestos que causan cáncer”.
Ahora el cigarrillo tradicional ocasiona más de 12 diferentes tipos de este último padecimiento; es el principal factor de riesgo de infartos al corazón, derrame cerebral, hipertensión y también provoca dolencia renal crónica, amplió.
El ministro aseguró que sacaron un acuerdo ministerial para prohibir el consumo de cigarros electrónicos y tabaco y trabajan con algunos diputados en una iniciativa de ley para prohibir la venta a adolescentes y ponerles impuestos.
Además, añadió, por medio del programa de salud escolar, se está haciendo una campaña masiva dentro de los centros educativos, pero asimismo hacia afuera, sobre el potencial daño que tienen estos productos.
Barnoya llamó a la población a empezar a cambiar los factores de riesgo de enfermedades crónicas en el país.
El sistema de salud no va a aguantar con las consecuencias del consumo de estos productos, porque estamos adquiriendo conductas que van a llevar enfermedades crónicas, como cáncer, infarto del corazón y enfermedad renal crónica, remarcó.
El alza de los vaper aparece entre los temas de creciente preocupación a nivel global debido a los efectos asociados.
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