Esa forma de violencia se ha trasladado de áreas rurales, donde históricamente era más común, a zonas urbanas y a la capital, señalaron autoridades de la fuerza castrense, citadas por el diario Prensa Libre.
Entre 2019 y lo que va del 2025, además, 322 personas salieron heridas al ser vapuleadas o linchadas por considerarse homicidas o extorsionistas, acotó el medio.
El director de la PNC, David Custodio Boteo, confirmó el repunte de golpizas a presuntos delincuentes en el área metropolitana y explicó que en las comunidades indígenas las organizaciones evitan esos hechos.
Detalló que el malestar ciudadano se centra principalmente en los asaltos, mientras argumentó que, debido a que muchos comisores tienen antecedentes criminales, la población ya no confía en el sistema judicial.
“El problema es que más tarda uno en consignar que en el que el delincuente queda libre”, subrayó el jefe policial.
Además, amplió, mayormente las víctimas prefieren no denunciar por temor o desconfianza.
Vecinos capturaron el pasado jueves a un joven de 20 años en la urbe, supuesto responsable de ultimar a otro de su edad para robarle el vehículo, y lo golpearon antes de la llegada de la policía, que lo trasladó a un hospital en estado grave.
El Centro de Investigaciones Económicas Nacionales advirtió hace algún tiempo que en los últimos años aumentaron las denuncias por robos y hurtos, pero no ocurre lo mismo con las investigaciones para castigar a los responsables.
Expertos destacaron el impacto colateral de las escenas de linchamientos, al ser presenciadas por varias personas, incluidos menores, los cuales quedan expuestos a la violencia desde temprana edad.
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