Tras el movimiento telúrico, olas de hasta 50 centímetros (cm) se registraron en partes del norte y este de Japón.
La advertencia obligó a interrumpir los servicios ferroviarios y aéreos a lo largo de la costa, desde Hokkaido hasta Wakayama, como medida de seguridad.
Mientras, el operador de la averiada planta nuclear de Fukushima Daiichi decidió detener de inmediato la liberación de agua radiactiva tratada al Océano Pacífico.
Dicha central nuclear fue destruida, en marzo de 2011, por un poderoso terremoto seguido por un tsunami y la tragedia es vista como uno de los peores accidentes nucleares de la historia, el país aún lidia con las consecuencias de ese suceso traumático.
Según la Agencia Meteorológica de Japón, la actual alerta podría permanecer vigente durante todo el día y el primer ministro nipón, Shigeru Ishiba, prometió tomar todas las medidas posibles para garantizar la seguridad pública y ordenó a los ministerios y agencias mitigar cualquier daño sufrido.
La entidad detectó olas de un tsunami de 50 cm en el puerto de Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi, a las 11:51, hora local, mientras que una ola de 40 cm se registró en Oarai, en la prefectura de Ibaraki.
También, se observaron olas de hasta 30 cm en Nemuro y Kushiro, al este de Hokkaido, y en Ofunato y Kamaishi, en la prefectura de Iwate, al noreste de Japón.
Esta nación se encuentra asentada sobre una de las áreas sísmicas más activas del mundo, el llamado Cinturón de Fuego o Anillo de Fuego del Pacífico.
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