La demanda plantó cara a la orden ejecutiva de Trump -emitida el lunes- en la cual dispuso federalizar el Departamento Policía Metropolitana, así como el mandato este jueves de la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, que reclama el control federal de la policía.
Según Schwalb, las órdenes exceden los límites para solicitar servicios a Washington DC, lo que solo es posible de manera temporal en circunstancias de emergencia.
Bondi anunció anoche en una directiva que el jefe de la Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés), Terry Cole, sería el “comisionado de policía de emergencia” en la capital mientras dure la toma de control federal, sustituyendo a la jefa de policía, Pamela Smith.
La oficina de Schwalb advirtió que Trump solo tenía autoridad para solicitar servicios con “fines federales” y que el Congreso no le había concedido la autoridad para reemplazar a la máxima responsable de la policía en esta capital.
En un comunicado, el fiscal expresó que “al declarar una toma hostil de la Policía Metropolitana, la Administración está abusando de su autoridad limitada y temporal en virtud de la Ley de Autonomía Local, infringiendo el derecho del Distrito Federal al autogobierno y poniendo en riesgo la seguridad de los residentes y visitantes”.
Añadió que “las acciones ilegales de la Administración son una afrenta a la dignidad y la autonomía de los 700 mil estadounidenses que consideran a Washington DC su hogar”.
Se trata -afirmó- de la amenaza más grave a la autonomía que ha enfrentado el Distrito, “y estamos luchando para detenerla”.
Desde que comenzó el despliegue de miembros de la Guardia Nacional en el DC y aumentó la presencia policial bajo control federal, los residentes en la capital han expresado su malestar a través de múltiples protestas.
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