El plan de modernización contempla la adquisición de una flota de helicópteros Sikorsky, especializados en operaciones antisubmarinas, y dos aviones Airbus A321XLR, que ampliarán significativamente el alcance y la eficiencia de las fuerzas aéreas neozelandesas.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, los helicópteros Sikorsky estarán equipados con avanzada tecnología, incluyendo sistemas de lanzamiento de torpedos diseñados para detectar y neutralizar submarinos enemigos, misiles aire-tierra Hellfire, ametralladoras y armamento de precisión.
El ministro de Relaciones Exteriores, Winston Peters, afirmó que el país afronta “las circunstancias estratégicas más complejas en la historia moderna” y advirtió que las soluciones diplomáticas por sí solas resultan insuficientes para afrontar los desafíos presentes.
La distancia geográfica ya no nos garantiza la seguridad que teníamos en el pasado. Las condiciones globales exigen que reforcemos nuestras capacidades militares para proteger a Nueva Zelanda y sus intereses, declaró la ministra de Defensa, Judith Collins.
Este renovado enfoque representa un cambio político notable para Nueva Zelanda, que durante años se enfocó en misiones de mantenimiento de la paz, cooperación internacional y ayuda humanitaria.
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