En su intervención, Dlamini destacó que el continente posee vastos depósitos de platino, manganeso y litio, fundamentales para tecnologías limpias y baterías eléctricas, ubicándola en el centro de la reconfiguración energética global.

Añadió como África concentra cerca de un tercio de las reservas mundiales de minerales estratégicos, incluyendo 70 por ciento del platino y cromo, casi 50 del cobalto y manganeso, además de grandes yacimientos de fosfatos y tierras raras, esenciales para automóviles eléctricos y energías limpias.

La especialista subrayó que el reto principal es dejar atrás el modelo tradicional de exportación de materias primas para apostar por la industrialización y el procesamiento local (beneficiación), respaldados por marcos como el Área Continental Africana de Libre Comercio, lo que permitiría articular cadenas regionales de valor y generar empleos calificados.

“Solo si procesamos nuestros propios recursos, creamos industrias vinculadas, reducimos la dependencia externa y avanzamos hacia una integración continental, lograremos que la riqueza mineral se traduzca en prosperidad para nuestras comunidades”, argumentó Dlamini, alineándose con la Estrategia Africana de Minerales Verdes, que impulsa el desarrollo equilibrado y sostenible del sector minero. La experta remarcó la importancia de combinar oportunidades económicas con el cuidado medioambiental y la responsabilidad social, asegurando la participación de las comunidades en los beneficios y protegiendo los ecosistemas locales.

“La transparencia, la rendición de cuentas y una gobernanza sólida serán claves para transformar los minerales críticos en catalizadores de crecimiento inclusivo y resiliente”, agregó.

En conclusión, resaltó, el aprovechamiento de estos minerales brinda a África una oportunidad única para posicionarse como protagonista de la revolución energética verde y estimular la diversificación económica en el contexto global actual.

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