Según reportes difundidos por el canal Syria TV, militares israelíes lanzaron una redada a gran escala en la aldea de Rwaihinah, donde irrumpieron en viviendas, causaron destrozos a la propiedad privada y atacaron físicamente a varios residentes, uno de los cuales resultó herido con una fractura nasal.

Además, se desplegaron al menos seis vehículos militares en zonas residenciales de las aldeas de Bregah y Bir Ajam, en una muestra más de las reiteradas violaciones por parte de Tel Aviv en la región fronteriza con el Golán sirio ocupado.

Las agresiones israelíes se enmarcan en una política sostenida de hostigamiento que incluye el uso de drones para operaciones de espionaje, intervenciones terrestres, y la detención de civiles que se dedican a actividades agrícolas o ganaderas cerca de la línea de separación establecida en el acuerdo de alto el fuego de 1974.

Desde el derrocamiento del gobierno de Bashar Al-Assad en diciembre pasado, las acciones israelíes contra el país árabe se han intensificado notablemente. Decenas de ataques aéreos han sido dirigidos contra infraestructuras militares sirias, con el objetivo de debilitar la capacidad defensiva nacional e impedir la reconstrucción de instalaciones estratégicas.

La víspera, el presidente sirio, Ahmed Al-Shara, denunció que estas agresiones forman parte de un plan israelí para fragmentar Siria y convertirla en un teatro permanente de confrontación regional.

Al-Shara confirmó que su gobierno ha solicitado formalmente a Naciones Unidas el retorno inmediato de las fuerzas de separación de la ONU a sus posiciones originales y el restablecimiento del statu quo anterior al 8 de diciembre, fecha desde la cual Israel ha intensificado los bombardeos contra instalaciones tanto civiles como militares.

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