Krasznahorkai, de 71 años de edad, es un novelista kafkiano, pero la plática telefónica por la cual se enteró de que había ganado el Nobel no tuvo nada de absurdo -aludiendo al estilo del autor de “La metamorfosis”-, más bien fue una charla reflexiva, filosófica y objetiva.
Luego de recibir la noticia evocó la frase: “Esto es más que una catástrofe”, al referirse dramaturgo, crítico y poeta irlandés Samuel Beckett, representante del experimentalismo literario del siglo XX y figura clave del llamado teatro del absurdo.
Y seguidamente declaró y reflexionó sobre el valor de la literatura.
Agradezco, ante todo, a los lectores, apuntó Krasznahorkai, quien se dio a conocer este jueves como merecedor del prestigioso galardón, subrayó la importancia de la imaginación y la lectura en tiempos difíciles.
Deseo para todos que recuperen la capacidad de usar su fantasía, porque sin fantasía es una vida absolutamente diferente. Leer libros y disfrutar, y ser rico gracias a la lectura que nos da más fuerza para sobrevivir este tiempo tan difícil en la Tierra, escribió después de recibir la llamada “no esperada” de la Academia Sueca.
Felicidad y orgullo, agregó después en la conversación telefónica con Jenny Ruden, de la institución.
En la web del Nobel publicaron, incluso, la charla en la cual se nota no solo la sorpresa del autor, sino su forma de entender la literatura.
Krasznahorkai compartió con el público, y de ello se hicieron eco varios medios digitales, como The New York Times o la BBC, que su mayor inspiración es la amargura (de ahí viene uno de los rasgos de Kafka).
Me siento muy triste si pienso en el estado del mundo ahora, expresó al pensar en su musa constante: la amargura. Esa es mi inspiración más profunda: el ser humano ahora o hasta ahora. También podría ser una inspiración para las próximas generaciones en la literatura, para sobrevivir este tiempo, porque es muy oscuro. Y necesitamos mucha más fuerza en nosotros para sobrevivir, disertó.
Guionista, además, Krasznahorkai es conocido por sus novelas difíciles y exigentes, a menudo etiquetadas como posmodernas, con temas distópicos y melancólicos, y varias de sus obras fueron llevadas al cine por el director húngaro Béla Tarr.
Krasznahorkai vive en Hungría, cerca de Budapest, en la cima de una colina. Sobre su proceso creativo, describió la escritura como una experiencia íntima y reservada. Solo yo escribo un libro. Después de eso lo entrego a mis editores y luego necesito algo de tiempo hasta empezar de nuevo.
Recibió la noticia estando en Frankfurt, Alemania, en casa de un amigo.
No puedo creer que soy un ganador del Premio Nobel. Estoy realmente feliz. Estoy absolutamente sorprendido, concluyó.
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