Tal encuentro marca la antesala de la XXX Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), prevista del 10 al 21 de noviembre en el mismo lugar, y promete consolidar a Brasil como un actor clave en la agenda climática mundial.
Ante la prensa, el embajador Maurício Lyrio, encargado de las negociaciones brasileñas para la COP30, subrayó la magnitud del evento: “Con 143 delegaciones, la cumbre será muy representativa”, señaló, destacando la diversidad de voces que se escucharán en la región amazónica.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva inaugurará la plenaria y protagonizará un almuerzo bilateral centrado en el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), un mecanismo que busca incentivar financieramente a los países que preservan sus ecosistemas.
La propuesta, que Brasil pretende formalizar en la COP30, apunta a consolidar una estrategia de conservación ambiental con respaldo económico internacional.
Según la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, el foro de la próxima semana será una oportunidad para redefinir la matriz energética global.
«Debemos pensar en cómo abastecer al planeta con fuentes renovables, alejándonos del combustible fósil», indicó y resaltó, además, los avances de Brasil en la lucha contra la deforestación.
Estadísticas del Proyecto de Monitoreo de la Deforestación de la Amazonia Legal por Satélite (Prodes) revelaron que la tala en la Amazonia cayó un 11,8 por ciento respecto a 2024, mientras que en el bioma El Cerrado el descenso fue de 11.
«Brasil lidera con el ejemplo», afirmó Silva, en un mensaje que combina orgullo por los logros ambientales con un llamado a la acción global.
La Cumbre, que tendrá presencia de al menos 57 jefes de Estado y primeros ministros, no solo pondrá a Belém en el centro de la diplomacia climática, sino que también será un test de la voluntad internacional para enfrentar la crisis ambiental desde la cooperación y la preservación de los ecosistemas más valiosos del planeta.
En el encuentro se debatirán temas como la conservación de los bosques y la biodiversidad, la transición energética, la lucha contra el cambio climático y la adaptación a este, así como la financiación de las medidas.
De igual manera se realizará una evaluación decenal del Acuerdo de París.
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