Como demostración de las diferencias existentes entre los cuatro Estados integrantes del grupo respecto al tema de Ucrania, el presidente checo, Petr Fiala, recibió por separado al primer ministro polaco y exjefe de la Comisión Europea, Donald Tusk.
El gobierno checo y el polaco se pronuncian abiertamente por mantener el suministro de armamentos a Kiev, mientras que las autoridades eslovacas y magiares se niegan a enviar pertrechos a la república exsoviética, señala Radio Praga Internacional.
Aunque el 24 de febrero de 2022, el presidente Vladimir Putin anunció que iniciaba una operación bélica para proteger a la población de la región sublevada del Donbás, así como para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, el grupo de Visegrado considera que se produjo una agresión.
Sin embargo, Budapest y Bratislava respaldan más bien a aspectos relacionados con la ayuda humanitaria y financiera a la economía de Ucrania, sin involucrarse en su rearme, destaca el citado medio de prensa.
El ultraconservador primer ministro húngaro, Victor Orban, y su similar eslovaco, Robert Fico, recién elegido para ese cargo, consideran abiertamente que la prolongación de las hostilidades en suelo ucraniano es contraproducente y se pronuncian por la búsqueda urgente de la paz.
Orban, aunque finalmente debió sumarse a la guerra económica lanzada por Occidente contra Rusia, defiende el derecho de su país a mantener acuerdos a largo plazo con Moscú para el suministro estable de gas natural, pese al boicot lanzado por la Unión Europea en ese sentido.
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