Mediante una declaración conjunta, la Coordinadora Especial de la ONU aquí, Joanna Wronecka, y el jefe de Misión de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas, Aroldo Lázaro, enfatizaron en la necesidad de detener la violencia y el sufrimiento.
Las partes indicaron que el implacable ciclo de ataques y contraataques que violan el cese de hostilidades constituye la infracción más grave de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad desde su adopción en 2006.
En este punto, manifestaron que la expansión gradual del alcance y la escala de los enfrentamientos mucho más allá de la Línea Azul aumenta significativamente el riesgo de errores de cálculo y de un mayor deterioro de una situación ya alarmante.
Al respecto, ambos funcionarios de la ONU llamaron a todas las partes a volver a comprometerse con el cese de las hostilidades en el marco de la disposición 1701 y aprovechar las vías para evitar una mayor escalada “mientras todavía haya espacio para la diplomacia”.
En este sentido, insistieron en la urgencia de centrarse nuevamente en el objetivo general de un alto al fuego permanente y una solución a largo plazo al conflicto.
Un proceso político, anclado en la plena implementación de la Resolución 1701, es ahora más crucial que nunca para abordar las causas fundamentales de la hostilidad y garantizar la estabilidad, subrayaron.
En solidaridad con el pueblo palestino de Gaza y en respuesta a los crímenes sionistas en la nación, la Resistencia libanesa ejecutó operaciones militares contra sitios, cuarteles, bases, despliegue de soldados, equipos de espionaje y asentamientos israelíes desde la apertura del frente sur el 8 de octubre.
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