Un informe elaborado de manera conjunta por el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) y el Ministerio de Turismo, señala que en el pasado año en este país se registraron más de 134 millones de llegadas de turistas y 451 millones de presencias, lo que representa un récord histórico en ese sector.
Las cifras son muy significativas y muestran que en 2023 las llegadas superaron en 16 millones las reportadas el año anterior, para un aumento del 13,4 por ciento, mientras las presencias se incrementaron en más de 39 millones, para un crecimiento de 9,5 puntos porcentuales.
Respecto a 2019, en el período anterior a la pandemia de Covid-19, los resultados del pasado año fueron superiores en tres millones, en cuanto a las llegadas y en 14,5 millones en relación con las presencias turísticas, precisa el documento, elaborado por un Grupo de Trabajo Interinstitucional, con expertos de ambas entidades.
Ese equipo de investigadores, autor del análisis, se conformó en virtud del Memorando de Entendimiento “Desarrollo y Mejora de la Información Estadística sobre Turismo” firmado entre el referido ministerio y el Istat.
En el estudio se observó que, tras el período pandémico, que se extendió de 2020 a 2022, el componente extranjero de turismo vuelve a prevalecer sobre el nacional, y en 2023 el 52,4 por ciento de las presencias de visitantes se refiere a foráneos.
Las llegadas y presencias en el sector extrahotelero crecieron en un 16,9 y un 11,0 por ciento, respectivamente, respecto a 2022, y se evidenciaron mayores incrementos en el mismo que en el sector hotelero, donde las alzas respectivas fueron de 11,5 y 8,1 puntos porcentuales.
Las regiones de Lacio y Lombardía fueron las regiones con mayor crecimiento respecto a 2022 debido, principalmente, al aumento sostenido de las presencias turísticas en las ciudades de Roma y Milán.
La ministra italiana de Turismo, Daniela Santanchè, comentó que tras el logro de ese récord, el reto actual es centrarse en ofertas turísticas que puedan satisfacer, de forma sostenible, todo tipo de necesidades.
Ello implica gestionar los flujos e incentivar el nacimiento de hoteles, incluidos los de lujo, para elevar el nivel de la oferta, con el fin de que se logre “ofrecer a los turistas experiencias inmersivas y atraer más recursos a nuestros maravillosos territorios”, apuntó Santanché.
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