En opinión de la Comisión Europea, la iniciativa del Gobierno luso está en correspondencia con las normas sobre ayudas estatales de la UE, las cuales permiten a los países miembros promover el desarrollo económico de las zonas más desfavorecidas.
La inyección financiera será mediante un crédito en el impuesto de sociedades y beneficiará directamente al complejo petroquímico de Sines, en la región de Alentejo, con el propósito de ampliar las instalaciones y fabricar nuevos tipos de productos poliméricos.
Según la evaluación comunitaria, la ayuda aprobada tiene un carácter incentivador, pues la compañía Repsol Polímeros no llevaría a cabo las inversiones en cuestión sin el apoyo público.
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