El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) rechazaron la acción de grupos rebeldes contra tres emplazamientos en los barrios de Lac-vert, Lushagala y Mugunga, en Goma, lo que ocasionó la muerte de 12 personas.
#RDC : Comme devenu coutume, l’armée rwandaise #RDF et ses supplétifs terroristes du #M23 dans leur barbarie habituelle ont une nouvelle fois attaqué un camp des déplacés.
Au camp des déplacés de #Mugunga ce matin, l’horreur dans sa forme la plus grave !
Une bombe sur des… https://t.co/AutKOrtQft— Patrick Muyaya (@PatrickMuyaya) May 3, 2024
Las explosiones ocurrieron el viernes 3 de mayo en el horario de la mañana y dejaron un saldo de al menos 30 heridos, principalmente mujeres y niños. También se produjeron daños materiales en refugios y otras estructuras humanitarias, según el comunicado de estos organismos.
La Acnur hizo un llamamiento a poner fin a la violencia sin sentido y a respetar la inviolabilidad de los lugares humanitarios protegidos.
En tanto, Unicef refirió que la tragedia es el resultado del acercamiento de los combates a zonas densamente pobladas por niños y sus familias, por lo que pidió que todas las posiciones militares se alejen inmediata y permanentemente de las zonas civiles y se encuentre una solución pacífica al conflicto.
La jefa de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (Monusco), Bintou Keita, condenó igualmente la violencia contra los civiles en Kivu Norte e instó a todas las partes a respetar el derecho internacional humanitario y proteger a los civiles.
Puntualizó que la situación en torno a Goma es muy tensa y que solo en febrero y marzo ocurrieron unos 10 incidentes con explosiones, los cuales provocaron 14 muertos y 28 heridos; mientras en abril, otra explosión cerca de un lugar para desplazados provocó cinco muertes.
Lo sucedido la víspera interrumpió la labor de los trabajadores humanitarios que se encontraban en el lugar y que llevaban ayuda a las personas obligadas a huir cuando cayeron las bombas. Se calcula que 210 mil personas se han visto afectadas en estas zonas.
El portavoz del Gobierno, Patrick Muyaya, calificó este acto de nuevo crimen de guerra, y la primera ministra, Judith Suminwa Tuluka, se refirió al bombardeo como un ataque cobarde y bárbaro, que resulta inhumano e injustificable.
Tuluka afirmó que la RDC no cederá ante el terror, y reiteró su determinación inquebrantable de trabajar por un Congo unido, pacífico y próspero.
De acuerdo con los reportes, los proyectiles fueron presuntamente lanzados por los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), con los cuales el ejército congoleño mantenía este viernes un intercambio de fuego de artillería.
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