Este fenómeno, conocido como disparo dinámico, consiste en la activación o incremento de la actividad sísmica local debido a la energía propagada por un evento lejano, añadió el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), citado por Teletica.com.

Esa y otras entidades del país centroamericano mantienen vigilancia ante un posible aumento en la actividad sísmica local a causa de las ondas del terremoto en la nación euroasiática, pese a que entes como el Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot) dieron por concluida la amenaza de tsunami.

El terremoto generó ondas que fueron registradas claramente por nuestra red sismográfica. Ahora, nuestro trabajo se centra en vigilar si estas pueden influir en fallas locales que se encuentran en condiciones de estrés, declaró el sismólogo Esteban Chaves.

Según el experto, el movimiento telúrico en Rusia, que duró unos 200 segundos en su fase de ruptura, fue el primero de magnitud superior a 8 en lo que va del 2025, por lo que fue clasificado entre los “megaterremotos”, que tienden a generar efectos globales tanto en sistemas marinos como en placas tectónicas. El Sinamot aseguró que el efecto del tsunami en Costa Rica fue mínimo, cuya mayor variación en el nivel del mar fue en la región central de Quepos, en el Pacífico, con alrededor de 29 centímetros.

También se observaron cambios menores –agregó la institución- en zonas de la suroriental provincia de Puntarenas (18 centímetros) y Golfito (7 centímetros), así como corrientes inusuales en Flamingo y Pochote.

Autoridades como el Sinamot advirtieron el 29 de julio sobre corrientes marinas peligrosas que podrían impactar las costas del Pacífico costarricense desde la mañana de este miércoles, tras el megaterremoto registrado horas atrás en Rusia.

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