En sus habituales comentarios de la red social Facebook, Perelló se refiere a que mientras la industria turística global se expande a ritmo acelerado, el mayor desafío no es solo atraer más visitantes, sino diseñar experiencias inmersivas y memorables que los transformen en su manera de ver el mundo.
De ahí que La Ruta de la Conquista es una alternativa turística que invita a recorrer los caminos por donde avanzaron los colonizadores españoles en Centroamérica y los pueblos que jugaron un rol importante en el acontecimiento histórico.
Además de ser un trayecto, esta ruta resalta sus pueblos, tradiciones y vestigios que aún conservan la memoria de aquel encuentro de culturas, permitiendo a los visitantes conocer la historia de la región mientras descubren su riqueza cultural y natural.
La ruta está compuesta por tres destinos que prometen dejar al descubierto costumbres precolombinas y patrimonio histórico que darán cuenta de la importancia que tuvo esta región durante la Colonia; mientras sorprende por su impactante arquitectura y tesoros naturales.
El primer destino de esta ruta es la ciudad de Antigua Guatemala, la cual, según la revista Forbes, es el punto medular para iniciar esta travesía de redescubrimiento. Además, esta ciudad es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La ciudad de Antigua Guatemala se destaca por sus calles empedradas que hace parecer que el tiempo no ha transcurrido y la Iglesia de la Merced, uno de los resquicios españoles más emblemáticos en esta Ruta de la Conquista, con su impresionante fachada abona a esta idea.
Esta iglesia es una de las edificaciones más emblemáticas de Antigua Guatemala, ya que cuenta con un admirable estilo barroco elaborado en estuco, además de que cuenta con dos campanarios bajos, ocho grandes columnas salomónicas con diseños ornamentales.
En la fachada del templo también se puede observar el escudo de la Orden Mercedaria, así como las imágenes de varios santos de esa orden, entre ellos San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de Nuestra Señora de la Merced.
Siguiendo la Ruta, se encuentra la ciudad de Suchitoto, Cuscatlán Norte, que cuenta la historia del primer asentamiento español en El Salvador.
Además, la ciudad cuenta con el lago Suchitlán y los secretos que resguardan sus más de 500 años de historia.
En esta ciudad también se encuentra el museo del añil, el cual constituyó una actividad productiva durante la colonia, pero que también conlleva una visita a un sitio arqueológico indígena.
En Honduras, el edificio militar Gracias, ubicado en la ciudad del mismo nombre en Honduras, se estableció en 1544.
La Audiencia de los Confines, que era la máxima autoridad administrativa española en los territorios de los actuales estados del sur de México hasta Nicaragua, pero en pocos años fue trasladada a Antigua Guatemala.
En Honduras también se puede visitar el cerro de San Cristóbal, desde donde se tiene una vista completa de la ciudad de Gracias. Los cañones que exhibe fueron traídos de la fortaleza de San Fernando de Omoa.
Asimismo, se puede visitar el Castillo, un recinto español construido parcialmente con restos de coral.
El turismo histórico y patrimonial, como actividad económica y de aprendizaje, cobra gran importancia a nivel mundial al permitir la integración armónica de factores históricos, sociales, culturales, económicos y ambientales para el beneficio de las regiones en las que se desenvuelve.
Y concluye Perelló al decir que diferentes territorios actualmente basan una parte importante de su desarrollo en la promoción del turismo histórico, teniendo en cuenta que genera beneficios de alto impacto sobre las comunidades nativas de los países donde se realiza, especialmente en aquellos en vías de desarrollo.
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