En un comunicado, la cartera instó a la comunidad internacional y a las organizaciones globales a intensificar la presión sobre el Gobierno de Benjamin Netanyahu para detener la campaña bélica y salvar las vidas de millones de ciudadanos que fueron desplazados de sus hogares.
Advirtió sobre un eventual genocidio si las Fuerzas Armadas de ese país ejecutan su prometido asalto contra la sureña ciudad de Rafah, donde están refugiados más de un millón de palestinos.
Señaló que la mayoría de los hospitales en el enclave costero están fuera de servicio porque fueron dañados por las bombas o por falta de agua, combustible y medicamentos.
Al respecto, resaltó que los militares israelíes atacaron desde el 7 de octubre 155 instituciones de salud en la Franja, lo que provocó el cierre de 32 hospitales y 53 centros de atención.
Como resultado de la agresión, 496 miembros del personal sanitario fueron asesinados, mientras otros mil 500 resultaron heridos y 309 arrestados, subrayó.
La operación castrense “provocó el colapso del sistema de salud en la Franja de Gaza al privar a enfermos y heridos de tratamiento necesario, y provocar la muerte de muchos de ellos debido a la falta de equipos, medicinas y suministros médicos”, recalcó.
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