Por Fausto Triana
Hoy, sin embargo, nadie pone el listón tan alto, sino que ambas partes apelan a una modestia casi forzada trasladando la presión al rival. De todas formas, tanto el italiano Carlo Ancelotti, técnico del Real Madrid, y el alemán Thomas Tuchel, coinciden en algo: será un partido vibrante y competido.
Con un clima más de estilo primaveral, el Estadio Santiago Bernabéu de la capital española es un hervidero de turistas y aficionados. Las entradas, ya todas vendidas (para unos 75 mil espectadores), son la codicia de los especuladores. Pueden alcanzar precios en el mercado negro de hasta mil 200 euros o más, porque en todo caso es la última vez en la contiende en que jugarán los merengues en su cancha en la Champions League.
Se trata de un partido semifinal decisivo para el pase a la final contra el ganador entre el París Saint Germain y el Borussia Dortmund, que tendrá lugar esta noche en la Ciudad Luz.
La “casa blanca” tendría otras preocupaciones en el ambiente, como celebrar el próximo domingo en las Cibeles el título de campeón de LaLiga de España. Sin embargo, es un tema de momento de segundo orden.
Ancelotti admitió que disfruta con emoción estar en una semifinal del máximo certamen de clubes de Europa.
Ante el Bayern tenemos ‘preocupación y un poco de miedo, pero hoy es un día que merece la pena vivir antes de una final con toda la ilusión del mundo. Es una motivación muy grande de ser protagonista. Pero preparar una semifinal es espectacular. Trabajar con la idea de estar en otra final es algo muy bueno que da mucha motivación’, destacó.
‘Como clubes somos parecidos. Los dos tienen una gran tradición, una gran historia, mucho éxito en la Champions League. Creo que nos respetamos como es justo que sea. En una semifinal hay que respetar al rival, también porque el Bayern lo hizo muy bien. Fue mejor que nosotros en el partido de ida’, reconoció.
En el cotejo de ida, la “casa blanca” abrió el marcador en el primer tiempo, después de sufrir bastante el acoso rival, gracias a la genialidad de un pase del alemán Toni Kroos al brasileño Vinicius Junior.
Sin embargo, cuando las cosas parecían marchar viento en popa para el Real Madrid, un latigazo de Leroy Sané y un penal provocado, que cobró con precisión el inglés Harry Kane, dieron la vuelta a la pizarra en el complementario.
Luego, el empate tras penal contra el brasileño Rodrygo Goes que convirtió Vinicius. El 2-2 se hizo inamovible, aunque los dos conjuntos intentaron cambiar las cosas.
Unas tablas que por mucho que se quiera potenciar el hecho de jugar en casa en el Bernabéu, no ofrece garantías reales. Ya la escuadra de Baviera mostró calidad y pecho frío para afrontar grandes retos.
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