Los alumnos extenderán el plantón por tres días en el horario de las 09:00 y 23:00, hora local, y esperan incorporar a un alto número de participantes, mientras reclaman el cese de los bombardeos en la Franja de Gaza.
Exigen la supresión de todas las partidas que beneficien a Israel en una lista de varias demandas como la desinversión, transparencia presupuestaria, cambios en la política de inversiones y boicot a las relaciones internacionales.
Piden también un comunicado público que reivindique el respeto a los derechos de los palestinos, frente al creciente acoso y la discriminación sufrida por estudiantes de ese origen y sus aliados en este centro de altos estudios.
Aparte de esta institución académica, las universidades canadienses de McGill, Toronto, Western y la de Columbia Británica también desarrollan acampadas con similar propósito y de esa manera siguen los pasos de jóvenes de Estados Unidos, Reino Unido y otras naciones del orbe.
La solidaridad con Palestina en Canadá fue el motivo de una marcha realizada anoche en Toronto, donde miles de personas expresaron rechazo a las agresiones de Israel y demandaron un alto a la ofensiva terrestre contra la ciudad gazatí de Rafah.
Según informó la cadena noticiosa CBC, los activistas primero se concentraron frente al consulado israelí y luego recorrieron otras arterias de la metrópoli con consignas de repudio a las maniobras de Tel Aviv.
Mientras, la policía notificó que hacia las 21:00, hora local, la protesta estaba en la Universidad de Toronto, sin producirse arrestos ni altercados entre los manifestantes y las fuerzas del orden.
Los organizadores indicaron que se trató de una acción de emergencia ante el comienzo del bombardeo en Rafah.
Israel impuso un bloqueo devastador al enclave palestino, al dejar a su población, particularmente a los residentes del norte de Gaza, al borde de la hambruna.
Su guerra empujó al 85 por ciento de dicha población al desplazamiento interno en medio de una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas, mientras que la mayor parte de la infraestructura del enclave está dañada o destruida, según la ONU.
El gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu enfrenta acusaciones de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia, que en un fallo provisional de enero pasado ordenó a Tel Aviv detenerse.
También exigió tomar medidas para garantizar que se proporcione asistencia humanitaria a los civiles en Gaza
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